La historia de Teo es como la de muchos gatos, fue abandonado en la puerta de una clínica de Murcia junto a su madre y su hermanita.
Por aquel entonces Blacky vivía solo y decidimos acoger a un hermanito con el que compartir su vida.
Su gran hobby es la caza de sacos de comida, agazaparse detrás de las puertas y colarse allí donde haya algo que comer o marcar algo que él considere suyo.
A Teo le encantan los mimos, pero sin achuchones.