¿Por qué decidiste ser ATV?
Pasé por distintas profesiones hasta que tuve la necesidad de dedicarme a algo que me llenara, a ayudar a los demás, y como me encantan los animales uní los dos conceptos. Pronto me di cuenta que acerté.
¿Hay algo que ocurrió en tu vida para decidir esta profesión?
En mi vida he encontrado a gente que siente amor y respeto por los animales, pero también a gente que puede llegar a normalizar el sufrimiento de un animal porque «solo es un animal». Quise dedicarme a esto, en parte por ayudar a los primeros y para demostrar a los segundos que un animal puede llegar a serlo todo.
¿Tienes algún modelo a seguir?
Me gusta aprender de todas las personas que me rodean, tanto a nivel profesional como personal.
¿Qué te motiva a ir más allá de la medicina básica en lo que ofreces?
Siempre me ha maravillado la capacidad de convivencia entre seres humanos y animales, y poder ayudar a hacer más fácil y sana esa relación es algo que me encanta. Además, situaciones como cuando un paciente se recupera tras una larga lucha, o que un amiguete peludo venga lleno de alegría y confianza cuando antes tenía miedo y desconfianza, provocan sensaciones insustituibles.