La Leishmania es una enfermedad grave que puede ser mortal para los perros. También se transmite a otros animales como gatos y conejos, aunque cualquier mamífero es susceptible de ser infectado incluidos los humanos. FLEBOTOMO es un mosquito muy pequeño que transmite el parásito de Leishmania. Tiene un vuelo silencioso y sólo las hembras se alimentan de sangre, por tanto son las transmisoras de la enfermedad. Tiene actividad al anochecer y amanecer aunque está activo toda la noche. Vive sobretodo en zonas húmedas y con presencia de materia orgánica en descomposición, como jardines, basureros, alcantarillados, etc. Son atraídos por la luz por lo que pueden penetrar en casa por la noche para alimentarse. Los meses con más actividad son desde abril a octubre, aunque con el cambio climático encontramos mosquitos desde febrero hasta noviembre. SIGNOS CLÍNICOS: No todos los animales desarrollan la enfermedad y según el animal puede desarrollar diferentes síntomas. Entre las  lesiones más frecuentes son problemas en piel, ojos, articulaciones, ganglios linfáticos. También puede afectar al sistema digestivo, riñones e hígado entre otros. Los signos clínicos van a depender del estado inmunitario del animal, por lo que puede afectar más a perros jóvenes y geriátricos. Las razas más predispuestas son Labrador, Pastor Alemán, Doberman, Cocker y Rottweiller. DIAGNÓSTICO, se basa en los signos clínicos que presente el animal. Aunque para confirmarlo es necesario realizar analíticas específicas. TRATAMIENTO,  es largo y complicado. Dependerá de los órganos afectados y de cada animal.
«Aunque controlemos la enfermedad, la mayoría quedan portadores de por vida, pudiendo reaparecer los síntomas ante períodos de estrés o reinfecciones»
PREVENCIÓN, es la mejor manera de controlar la aparición de la enfermedad. Podemos actuar a diferentes niveles:
  • Ambiente:
  1. Mantener limpios los jardines y zonas cercanas a basureros, evitando la presencia de roedores.
  2. Utilizar repelentes naturales en las plantas como puede ser el Neem.
  3. Utilizar mosquiteras muy tupidas en puertas y ventanas para evitar que entren en casa.
  4. Utilizar repelentes eléctricos en habitaciones, los de ultrasonidos no han demostrado su eficacia.
  5. Evitar paseos en atardecer y amanecer.
  • Repelentes individuales:
    Es importante proteger a nuestras mascotas de la picadura directa del flebotomo. Hay diferentes productos en el mercado, pero ninguno es 100% eficaz por lo que es mejor combinarlos.
  1. Scalibor: collar único registrado para la prevención de leishmaniosis. Dura 6 meses. Su efectividad disminuye con los baños.
  2. Seresto: collar no registrado para prevención de leishmania aunque tiene estudios en los que demuestra efecto repelente. Su efectividad disminuye con los baños.
  3. Pipetas: existen aplicaciones en spot on que se distribuyen por toda la piel del animal. Se recomienda aplicación mensual aunque en la mayoría de ellas la efectividad disminuye a partir de la tercera semana. Su efectividad disminuye con los baños. Las que demuestran más eficacia son Frotnline Tri-act, Vectra, Advantix.
  • Aumento de inmunidad:
    Existen medicaciones que nos pueden aumentar la inmunidad del animal frente a la leishmania y, por tanto prevenir que aparezca la enfermedad.
  1. Leisguard: está registrado tanto para prevención como para tratamiento. Estimula la inmunidad celular de manera inespecífica, que es la que ayuda a combatir la leishmania. Se da en diferentes períodos anuales.
  2. Letifend: vacuna específica para combatir la leishmania. La inmunidad se genera con una sola dosis y tiene una duración anual. No tiene descritos efectos adversos graves. Tiene una eficacia cercana al 70%.
  • Detección temprana de la enfermedad,
    El período de incubación de la enfermedad puede ir desde los 6 a los 18 meses; por ello es recomendable hacer analíticas 2 veces al año para detectar el parásito y poder evitar la aparición de los signos clínicos.

«El mejor tratamiento, una buena prevención.»