La Graveta abrió sus puertas en noviembre de 2008, decidimos lanzarnos a ello para poder hacer la medicina en la que creíamos y que nos hacía sentir bien.
Aún recordamos como durante los viajes a por azulejos, muebles, etc. Laura y Raquel iban pensando en el cómo se iba a llamar, y tras conocer el nombre del barrio decidimos que La Graveta sería nuestro proyecto.
Poco a poco la familia fue creciendo y lo mismo ocurrió con el local, en 2019 nos trasladamos a la actual ubicación. Teníamos ilusión por un local con luz, amplio y con zonas separadas, donde los colores de la mandarina y la lima mostraran nuestra alegría y donde el olor de naranja y azahar recordasen los olores de nuestra tierra.
El compromiso con la salud de las mascotas, la sinceridad y la empatía son nuestra bandera.